hay esquinas. calor. la calle sube, porque la flecha va para allá, el final de la calle es un invento de la imaginación. no esta. hay árboles, rosas chinas. una casa amarilla. una escuela. detrás de la maqueta de cuadras unas canchitas de fútbol. un hospital donde nacen veinte niños por día. en la cama acaba de ver el hijo los ojos de su padre. la cama sobre el piso, el piso de un gris claro, abajo un contrapiso en cemento de las canteras de chacras de la merced. más abajo sobre la tierra una familia tenia una quinta, los niños después de comer hacian figuras con el barro, corrían entre los eucaliptos. a cierta hora de la tarde pareciera esta empezando el mundo, el sol pasa su lengua de miel sobre el paisaje y sobre algunos cuadros de W. Turner. La piel hierve, como piedras al costado del río y se alivia en el cuerpo que para secarse el transcurrir del río, la busca, la venera, abrazándola con su traje de baño psicodélico.
miércoles, 17 de octubre de 2007
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