miércoles, 30 de enero de 2008

Te voy a dar tiempo para ir venir por la casa. Para unir con la mente los puntos que determinan, la taza, la cuchara, la silla, la puerta, el sitio donde vamos.
Tiempo para describir los ruidos y unirlos a alguna cosa. Y ordenarlos uno a uno.
Te voy a dar tiempo porque el vapor va a dibujar otros centros. Necesitaremos para entonces superficies empañadas como vidrios o espejos y otra vez los puntos determinados. otra constelación . Tu ir y venir por la casa, es en si mismo el tiempo que tenemos.
La delicada precisión del recorrido que haces, es la luz de los cuartos, es la luz de la heladera, es la luz que hace de la ventana una promesa para las plantas.
La ordenada perforación de los muros es una acostumbrada acumulación de la palabra luz, una cuadrada o rectangular acostumbrada acumulación de un significado. Una toma de posición, una resolución de contraste en el ir y venir y la métrica de pulso. las cosas que pasan, nunca hablamos de nada mas que de las cosas que pasan, de este porque si de los hechos como si fueran lugares a los que se llega, mirándonos de pronto en un trozo de lluvia, en un quieto y espejado trozo de agua. el movimiento en reposo es un buen techo para aprender a llorar.

4 comentarios:

S dijo...

Precioso, el tiempo y la luz que conlleva la paz, la esencia de una espera que no desespera. Sabio tiempo natural que ilumina las habitaciones oscuras del alma.

Cuando viste un duende con dinosaurios? aún así siguen siendo sus preferidos...

Besos

emd dijo...

recorrer toda la casa hasta hallarnos en el reposo del llanto. Qué bello!

Saludos

maria a secas dijo...

ey muchas gracias por venir por aca.....

Romina Berenice Canet dijo...

sonrío

fransuá y estela